Después de todo lo que nos pasó nos quedamos instalados un par de semanas más en casa de madre ya que necesitábamos, más que nunca, cariño, calor.....y comiditas ricas.
Mamá y yo casi siempre estamos discutiendo por todo, tenemos un carácter muy fuerte las dos y chocamos continuamente. Parece que no cedemos en nada y nos cuesta mucho abrirnos el corazón la una a la otra.
Hacía tanto tiempo que no me abrazaba con mi madre y que no llorábamos juntas que doy gracias a Dios porque por fin lo pudiéramos lograr.
Hablamos tanto esos días, de tantas cosas, y con tanta verdad, que me emociono al pensar que recuperé ese acercamiento que uno tiene cuando es un niño o bebé, y llora, y su madre lo abraza sin importar lo que se piense, sino solo porque uno lo necesita, y ella te da ese consuelo, ese amor y esa protección.
De paso me enseñó con su actitud lo que es ser madre , o mejor dicho estoy empezando a valorarle todo lo que ella ha hecho y hace por nosotros.
Ese “milagro” del acercamiento también lo consiguió Lucas.
No comments:
Post a Comment